¿Es el periodismo una ciencia? Difícilmente. Hay dos maneras de identificar aquello que comúnmente entendemos como ciencia: un campo de conocimiento organizado para el que se conocen y/o se investigan unas leyes que gobiernan las interacciones en esa esfera, y un conjunto de prácticas y marcos teóricos que se utilizan para estudiar determinado tipo de temas partiendo, como lo mostró Kuhn, de un paradigma (la analogía con una experiencia científica que se considera exitosa y que, durante algún tiempo, proporciona modelos de problemas y soluciones a la comunidad científica). El periodismo no parece encajar bien en ninguno de esos moldes.
A pesar de que hay entusiastas de considerar al periodismo como ciencia, desde sus inicios existieron serias dudas acerca de si el periodismo, como disciplina, poseía algún cuerpo de conocimiento propio, lo que se ha prestado a las frecuentes discusiones sobre si es un oficio o una profesión.
Philip Meyer, el gran impulsor del periodismo de Precisión, trató de superar para siempre esas dudas reforzando el carácter científico del trabajo periodístico, modificando los métodos de la investigación periodística al asimilar nuevos procedimientos (encuestas, estudio de bases de datos, uso de marcos teóricos, documentación de los mismos métodos de investigación) tomados de las ciencias sociales y de la conducta.
Meyer encontró tres tipos de elementos para un cuerpo de conocimientos propio del periodismo.
- Cómo encontrar información
- Cómo evaluarla
- Cómo hacerla llegar a las audiencias superando la torre de Babel que está generando el exceso de información.
Sin embargo, a pesar de un comienzo prometedor y del entusiasmo que sigue despertando en ciertos círculos académicos, el Periodismo de Precisión de Meyer está encerrado en un pequeño universo de medios y periodistas que lo practican para ciertos temas, y no se ha extendido a los métodos de investigación del resto de la profesión.
Tal vez podemos tener más éxito en saber qué ocurre con esos métodos de investigación, cómo podrían ser más científicos y tal vez por qué no lo son, que en diagnosticar el carácter científico del periodismo.
El marco teórico como lo decisivo en la calidad de la investigación periodística
José Luis Dader nos recuerda la simpática historia de Philip Meyer sobre cómo el constante uso de alucinógenos por los jóvenes de Florida a principio de los años 60 no recibió atención hasta mucho después de iniciado el fenómeno, por no existir la categoría "problema de la drogadicción".
Para el propio Meyer, que basado en su experiencia como periodista se dedicó a impulsar la práctica del Periodismo de Precisión, el marco teórico de que disponga el periodista es al menos tan importante como los medios a su alcance para obtener y procesar datos.
Volviendo al profesor Gumbrecht, que afirma que "los mejores periodistas no tienen formación en las Ciencias de la Comunicación" y son más bien "personas cultivadas que, por una u otra razón, empiezan a escribir para los medios", vale la pena investigar si, aunque es muy difícil saber cuáles son "los mejores periodistas", estos periodistas que se distinguen por su capacidad para explicar e interpretar hechos son los que disponen de uno o varios marcos conceptuales que aplican a la organización del conocimiento sobre lo que investigan y que no sólo les permiten ver un cierto orden en lo que ocurre, sino también ser mejor comprendidos por audiencias –audiencias también "cultivadas"- que comparten esos marcos teóricos.
El fuerte inexpugnable del periodismo está en investigar hechos, para los que no aplica el criterio de "falsabilidad" de Popper, es decir, hechos que simplemente son o no son de tal forma, como si chocaron o no dos automóviles, si habló o no habló el presidente y si encontraron o no el cuerpo de una persona desaparecida. Esos hechos, sea como sea que se interpreten en cuanto a sus implicaciones o a las fuerzas que los producen, son los mismos para cualquier humano que los presencie, no importa si cree que la conducta humana la gobiernan las mareas o que las moléculas de los metales toman decisiones propias.
Pero quienes se quejan de la mala calidad de la información no se refieren en la mayoría de los casos a la capacidad el periodismo para exponer hechos, sino precisamente a un resultado que no termina de satisfacer en cuanto a la jerarquización que se da a esos hechos, a la cantidad de información sobre ellos que se suministra, y a la utilidad de esa información que se da para entender de manera satisfactoria el hecho de que se trata y sus consecuencias.
El marco conceptual puede resultar la condición para el éxito del periodismo que intenta comprender y explicar los hechos. Y nadie ha dicho que deba ser un marco conceptual especializado e identificable con la jerga propia de una disciplina. El marco conceptual de Meyer para explicar las posibles razones de las altas inversiones en seguros en los colegios de Florida se remontaba a entender en cuatro pasos una situación de conveniencia mutua y favores que se daban y se recibían a lo largo del tiempo. Pero había un marco conceptual, de eso se trata.
Un salto cualitativo al registrar el origen de los datos
Para Meyer, la práctica científica de registrar el proceso por el que se produce la información era otra de las claves del proceso de transformación del periodismo. Sencillo: una vez que queda claro cómo se obtiene cada cifra, en qué se basa cada observación sobre una situación, de qué relaciones exactas se extrae cada porcentaje, comparar ese dato con el de otra fuente, o con el de la misma fuente en el futuro, será fácil y permitirá entender la verdadera dirección de la evolución de los fenómenos -como cuando el desempleo "baja" porque cambió la forma de medirlo- detectar los procedimientos y las fuentes más confiables, y descubrir intentos de manipulación de la información.
Un beneficio adicional: con datos que se pueda considerar comparables es posible probar la validez de diferentes marcos conceptuales que entienden los fenómenos de tal o cual forma y proponen opciones diferentes a la hora de tomar decisiones.
Para Meyer, el cambio en el periodismo no se trataba solamente de incorporar computadoras y programas para el manejo de estadísticas en las redacciones, sino sobre todo de contar con medios que facilitaban el soporte tecnológico para un trabajo periodístico más sistemático que permitiese acumular conocimiento. A ese nivel, no sólo se trata de "hacer diferente el trabajo", o de "poder hacerlo más rápido", sino de hacer un trabajo diferente.
¿Por qué no se ha hecho más científico el periodismo?
La posibilidad de aplicar estos métodos científicos al periodismo parece real. Y de hecho se ha hecho. ¿Por qué sigue siendo la excepción a la regla -la regla del periodismo de grandes medios con contenidos cada vez menos complejos?.
Tal vez Meyer –y en algún momento a todos los que queremos sentir que trabajamos en una actividad de alto valor agregado- olvidamos que la disponibilidad de tecnología en máquinas y métodos de trabajo no genera automáticamente los cambios: hay otros factores, en el entorno y en la manera como ese entorno es entendido por los seres pensantes, que condicionan las evoluciones. ¿Por qué no sólo no se ha hecho más científico el periodismo en general, sino que sus espacios están cada vez más dedicados a las reinas, los horóscopos y los chismes?.
Buscando explicaciones
1: ¿El periodismo como ciencia vs. la ciencia en el periodismo?
1: ¿El periodismo como ciencia vs. la ciencia en el periodismo?
Meyer explica el desarrollo de nuevas posibilidades de investigación en el periodismo como consecuencia de que, a partir de los años 70 –y de la reducción del consumo de periódicos por hogar en Estados Unidos- se entendió que "un periódico es un producto y un lector es una criatura racional que debe decidir si vale la pena el costo de utilizar el producto".
Sin embargo, un poco después del 2000 no existe la sensación de que el periodismo se asocie más con ese abordaje "científico" de la información de la vida diaria que imaginamos interese a las audiencias, sino con el info- entretenimiento y la información reducida a lo mínimo. Ese es el caso al menos de los medios que pretenden alcanzar a las grandes audiencias. Tal vez a Meyer no se le ocurrió que, en determinadas circunstancias, los miembros de las audiencias podían optar racionalmente por estar menos informados de las que el profesor De Aguinaga llama "generalidades del mundo" y más de la vida de los artistas. En esas "determinadas circunstancias" que abordaremos en seguida, es posible que el desarrollo de la Ciencia de la Información en la dirección de un paradigma –el objetivo es entender lo que quiere la audiencia y dárselo- haya llevado a debilitar el desarrollo de la ciencia dentro del periodismo, al concluirse que, al menos en el aquí y ahora de la lógica del Mercado que se adueñó de gran parte de las ciencias sociales, las grandes audiencias no "quieren" más ciencia en su mente, sino más esparcimiento.
¿Por qué no se ha intensificado el uso del método científico en el periodismo? La posible respuesta es que la lógica de la Ciencia de la Información –que es la ciencia del periodismo- en el marco de un paradigma de Mercado (que busca aumentar el tamaño de las audiencias) aconseja concentrarse en los formatos de presentación del mensaje, en las formas de simplificar los contenidos hasta hacerlos accesibles para todos y en la economía de tiempo, siempre con escasez de recursos. Para la ciencia del periodismo, el método científico en la investigación periodística no se ha rebelado como prioridad.
Buscando explicaciones
2: El periodismo y la ciencia mueren por la misma causa
2: El periodismo y la ciencia mueren por la misma causa
En El Fin de la Ciencia, una de las ideas más atractivas que presenta John Horgan está tomada de un biólogo, George Stent, para quien "según la teoría darwiniana, la ciencia no surge de nuestro deseo de conocer la verdad como tal, sino de nuestra compulsión a controlar nuestro entorno para aumentar las posibilidades de propagación de nuestros genes". Para Stent, en el momento en los rendimientos de la búsqueda de conocimiento comiencen a ser decrecientes el abandono paulatino de la Ciencia será explicable. En el caso de la información pública, entendida como información sobre los temas públicos, en el momento en que el cuadro del "Mundo" parece completo, y el acceso a información sobre los países, las teorías y los temas ya no es un gran avance, y tampoco un privilegio, es muy plausible esperar que decaiga el interés por tener esta información.
Validar estas teorías requerirá como mínimo de encuestas de valores y procedimientos de investigación sicológica, pero son otra fuente de preguntas y respuestas interesantes al problema de por qué la lógica de la información pública –la de el avance hacia informaciones cada vez más ricas sobre los temas de la cosa pública- no se está manifestando en el producto de los medios, y tampoco en su uso de las posibilidades de investigación que permiten desarrollar ese ideal de la información.
Buscando explicaciones
3: ¡Claro! las instituciones
3: ¡Claro! las instituciones
De las hipótesis que ofrecemos, esta es la que muestra mayor convergencia con marcos teóricos actuales.
Aquí, la propuesta es abordar el análisis institucional de la información pública –el producto del periodismo "ideal"- que a diferencia del ya iniciado análisis institucional de los medios estudia los factores que pueden determinar la homogeneidad y la evolución de la información que se genera (instituciones) pero no sólo estudiando lo que ocurre en uno de los tipos de organizaciones que actúan en este proceso (los medios) sino también las otras organizaciones (Gobiernos, fuentes privadas de información, grupos de presión) y adicionalmente las creencias que determinan la interpretación del escenario y de las oportunidades que hacen los distintos actores.
El autor de estas páginas ya ha dado pasos hacia ese análisis, que buscará respuestas a las posibilidades de desarrollo de la investigación periodística y los factores que la limitan mirando todo un conjunto de factores más allá de los medios y del ya muy tratado "paradigma del Mercado", pero que se encuentra aún en etapa embrionaria.
Conclusiones tentativas
Quien escribe no se siente competente para calificar o no al periodismo como ciencia. Pero la relación entre uno y otra enriquece al periodismo de muchas formas –no sólo al buscar una esencia de la labor periodística en el estudio de temas que pueden ser conocidos con certeza, sino al resaltar la importancia del método científico para mejorar la forma de "encuadrar" a través de un marco conceptual la investigación, el razonamiento y el mensaje de los periodistas, y al abrir la puerta a la posibilidad de acostumbrarnos a que las ideas expresadas por quienes no son periodistas (las fuentes de información y los columnistas) a través de los medios queden sometidas a la amenaza de "pruebas de falsabilidad" en los mensajes de los periodistas en los mismos medios, y tengan que ser entonces elaboradas con datos correctos y no manipuladas.
Además, creemos que el periodismo que comprueba no sólo la realidad de los hechos sino la validez de las interpretaciones que se les dan y de los modelos con que líderes políticos o grupos de presión intentan explicar lo que ocurre en nuestro entorno es un periodismo que refuerza las prácticas científicas, tanto en el terreno de las ciencias como en el de los razonamientos sobre la vida cotidiana. Habría que verificarlo, pero es una idea que desde el paradigma de explicación institucional suena atractiva.
¿Por qué no se ha desarrollado en esa vía el periodismo? ¿Por qué los medios, el vehículo de expresión del periodismo por excelencia, reciben tantas críticas por dejar de lado la calidad del contenido? La respuesta puede estar en alguna de las hipótesis que muy superficialmente acabamos de presentar. O en ninguna. O un poco en todas, como es común en las ciencias sociales. Parece atractiva la idea de plantear nuevos paradigmas a la hora de entender el periodismo –y más importante para nosotros- plantear paradigmas para entender la información pública. Pero lo más importante será aprender a validarlos, y a hacerlos útiles, científicamente hablando.
_______
Fuentes:
Fuentes:
- Arruti, Alberto Miguel, y Jesús Flores Vivar. Ciberperiodismo: Nuevos enfoques, conceptos y profesiones emergentes en el mundo infodigital. México: Limusa Noriega, 2001.
- Dader, José Luis. "Las provincias periodísticas de la realidad". Comunicación y Sociedad, vol.3, N.1 y 2.
- De Aguinaga, Enrique. "Dimensión científica del Periodismo". Sala de Prensa, No. 27. Enero 2001. Año 3, Vol. 2. www.saladeprensa.org
- Greif, Avner, Historical Institutional Analisis (en imprenta, para publicación en 2003).
- Horgan, John. El fin de la Ciencia: los límites del conocimiento en el declive de la era científica. Barcelona: Paidós, 1998.
- Johnson, Bertram, y John Loss. "All the Print That's News to Fit". Conferencia de la Asociación de Ciencia Política del Medio Oeste de Estados Unidos, Abril de 2001.
- En: www.people.fas.harvard.edu/~bnjohns/JohnsonLoss.pdf
- Kuhn, Thomas S. La Estructura de las Revoluciones Científicas. México, D.F. Fondo de Cultura Económica, 2002.
- Meyer, Philip. The New Precision Journalism. The University of Indiana Press, 1991.
- North, Douglas C. Instituciones, cambio institucional y desempeño económico. México, Fondo de Cultura Económica, 2001.
- Pavlik, John. "What the Media Research Labs Say About Content". Online Journalism Review, diciembre de 2001. http://www.ojr.org/ojr/technology/1017962544.php
- Sampedro, Víctor (1996), Agendas de poder. Modelos de control político e informativo de los problemas sociales". Revista Internacional de Sociología, Tercera Época, n. 15, pp.7-36.
- Rivera, Ana María, y Claudia González Constanzo. "¿Qué pueden aportar las ciencias de la comunicación a la formación de periodistas?". Entrevista con Hans Ulrich Gumbrecht. Sala de Prensa No. 48. Octubre de 2002. Año 3, Vol. 2. www.saladeprensa.org
- Weingast, Barry. "Constructing Self Enforcing Democracy in Spain". Paper, Stanford University, 2001.
- Dader, José Luis. "Las provincias periodísticas de la realidad". Comunicación y Sociedad, vol.3, N.1 y 2.
- De Aguinaga, Enrique. "Dimensión científica del Periodismo". Sala de Prensa, No. 27. Enero 2001. Año 3, Vol. 2. www.saladeprensa.org
- Greif, Avner, Historical Institutional Analisis (en imprenta, para publicación en 2003).
- Horgan, John. El fin de la Ciencia: los límites del conocimiento en el declive de la era científica. Barcelona: Paidós, 1998.
- Johnson, Bertram, y John Loss. "All the Print That's News to Fit". Conferencia de la Asociación de Ciencia Política del Medio Oeste de Estados Unidos, Abril de 2001.
- En: www.people.fas.harvard.edu/~bnjohns/JohnsonLoss.pdf
- Kuhn, Thomas S. La Estructura de las Revoluciones Científicas. México, D.F. Fondo de Cultura Económica, 2002.
- Meyer, Philip. The New Precision Journalism. The University of Indiana Press, 1991.
- North, Douglas C. Instituciones, cambio institucional y desempeño económico. México, Fondo de Cultura Económica, 2001.
- Pavlik, John. "What the Media Research Labs Say About Content". Online Journalism Review, diciembre de 2001. http://www.ojr.org/ojr/technology/1017962544.php
- Sampedro, Víctor (1996), Agendas de poder. Modelos de control político e informativo de los problemas sociales". Revista Internacional de Sociología, Tercera Época, n. 15, pp.7-36.
- Rivera, Ana María, y Claudia González Constanzo. "¿Qué pueden aportar las ciencias de la comunicación a la formación de periodistas?". Entrevista con Hans Ulrich Gumbrecht. Sala de Prensa No. 48. Octubre de 2002. Año 3, Vol. 2. www.saladeprensa.org
- Weingast, Barry. "Constructing Self Enforcing Democracy in Spain". Paper, Stanford University, 2001.
* Gustavo Valdivieso es periodista colombiano, especialista en temas de gobierno. Esta es su primera colaboracion para Sala de Prensa.