En algunos momentos se ha malentendido el “tener carácter” como sinónimo de rudeza, prepotencia u obstinación. Pero una persona con un carácter saludable tiene retos constantes, no contra los demás, sino para consigo mismo*. Cada reto personal es una manera de forjar un carácter firme y decidido, incapaz de detenerse ante los obstáculos, de lamentarse por el cansancio o cuando las cosas salen mal.
El “mal carácter” por el contrario, puede marcar la diferencia entre vivir o “no vivir”. Entre la salud y la enfermedad. Actúa infundiendo miedo a los demás, pero el efecto que origina se asimila al disparo de un cañón, que siempre tiene efecto de rebote y acaba dañando a uno mismo y a su entorno.
Respuestas fisiológicas
Las emociones negativas que genera esto se van acumulando en nuestro “depósito interior” y este puede desbordarse dando lugar a otras formas de expresión del cuerpo como: Alergias, Vitíligo, Psoriasis, Gastritis, Úlceras, Estreñimiento u otros efectos más subjetivos: como fobias, ansiedades, hábitos compulsivos.
Eso sin mencionar el daño que ocasionas a las personas a tu alrededor que deben pagar los platos rotos de una sentimiento negativo que llevas, lo cual puede ocasionar que tus amigos y conocidos se vayan alejando de ti. Intenta día a día controlarte y tomar las cosas con calma.
Tomado de Nueva Ya