Las convenciones de género siguen dando batalla con tal de permanecer en el imaginario social. Y si de relaciones amorosas se trata, un hombre joven con una mujer mayor será visto ante todo como un “oportunista” con ansias de dinero o ascenso social, o “un nene de mamá”.
Dejando de lado los condicionantes externos, existe el hombre joven que desea estar con una mujer que lo supere en edad, porque es su “target”. También está aquel al cual se le presenta la experiencia como algo.
Estos hombres salen del molde preestablecido y se dejan llevar por la nueva relación sin reproches. Ellos valoran la experiencia femenina en todos sus aspectos, la apertura del pensamiento y la comunicación franca. Rechazan la homogeneidad que crean las cirugías estéticas, las quejas y la posesión del otro.
Los hombres que buscan sacar provecho de este tipo de relaciones tienen una ductilidad para convencer a la mujer del amor que sienten por ellas. Son manipuladores, carecen de franqueza y dejan siempre entrever la diferencia de edad.